lunes, 24 de enero de 2011

Hay un 20% más de mayores solos que hace una década




Están solos y en algunos casos, desamparados. Salvo la cita programada de los trabajadores sociales y la visita ocasional de algún hijo, uno de cada cinco mayores madrileños ven pasar las horas en la soledad de su hogar. Concretamente, 183.400 habitantes de la región mayores de 65 años viven en su casa sin compañía (un 19,9% del total de este colectivo), según el Instituto de Estadística de Madrid. Y, lejos de aminorarse, esta vejez solitaria va a más: en la última década (desde 2001), el número de madrileños en esta situación ha crecido un 19,8%.
Para los más dependientes, vivir solos puede ser una odisea diaria: "Hasta lo más cotidiano se convierte en un problema. Encuentran dificultades para ir al médico, para comprar, para cocinar y, muchas veces, viven en casas antiguas que no están adaptadas, sin ascensor y con obstáculos", explica la directora de la Confederación de Mayores (Ceoma), Raquel Manjavacas. Aunque no todos viven en una soledad impuesta: "La esperanza de vida ha aumentado. A esas edades muchos aún se valen por sí mismos y se sienten cómodos sin compañía".

Ya no se vive con el abuelo

La tendencia al aislamiento de la tercera edad está relacionada con la infravaloración de la familia: "Antes había un compromiso tácito de que los padres cuidaban de los hijos y a cambio, éstos se encargarían de los padres cuando fueran mayores", cuenta el sociólogo Salustiano del Campo. "Pero ahora se ha puesto fin a la cultura de vivir con los abuelos", concluye el experto.
Se han triplicado los ususarios que reciben ayuda a domicilioDe ahí que en los últimos años se haya importado el modelo del norte de Europa. "La protección de los mayores, sobre todo en las grandes ciudades como Madrid, ha dejado de ser una tarea familiar. Ahora la obligación de cuidarlos recae en elEstado", explica Del Campo. De hecho, la ausencia de los hijos fuerza a las administraciones a aumentar el gasto social. Por ejemplo, desde 2003 se han triplicado los usuarios que reciben los servicios de ayuda a domicilio y teleasistencia del Ayuntamiento de Madrid, lo que ha obligado a aumentar el presupuesto de 60 a 229 millones.
Sin embargo, el dinero y la ayuda puntual de los trabajadores sociales no basta. "La ayuda a domicilio llega a donde llega. Vienen, les dan la comida y las medicinas, y se van. No pueden suplir el afecto que les puede dar la familia»,"apunta Manjavacas. Por ello, reclama que se extienda un nuevo modelo de asistencia "con trabajadores que cubran las necesidades afectivas y les hagan verdadera compañía".

"Mis hijas están muy pendientes"

carmen cantero garcía. 85 años.
Carmen cantero garcía tiene 85 años. Desde que enviudó hace 26 años, Carmen vive sola en su casa de Hortaleza. "A mi hijas no les hace gracia y están muy pendientes. Me llaman a todas horas", cuenta esta anciana que prefiere la soledad por una sola razón: "La comodidad".
A mis hijas no les hace gracia, me llaman a todas horas"Mis hijas y mis nietas trabajan y cuando estoy con ellas –siempre que enferma– se van a trabajar y me quedo sola. Para eso estoy mejor en mi casa, donde hago lo que puedo,leo, salgo o veo a las vecinas", explica. Y es que, aunque su rutina es muy parecida, Carmen no para. "Me levanto a las 9.30 horas y me acuesto bastante tarde porque me gustan las tertulias políticas de la tele y no me voy a la cama hasta que acaban", afirma. Además, "todas las tardes voy a misa, si no hace mucho frío".
Y antes de eso: "Vienen a verme mis hijas, que me traen la comida del día siguiente, porque yo en la cocina ya casi no piso. La última vez, en Semana Santa, me caí y me da miedo". Una caída que le costó pasar por el quirófano para colocarle una prótesis. Afortunadamente, lo más pesado de la casa lo hace gracias a la ayuda municipal. "Viene una chica tres veces por semana, ella limpia y me ayuda con mi aseo personal", cuenta. Aunque Carmen no renuncia a tenerlo todo como el jaspe: "Hago lo que puedo, tender me cuesta un mundo por los brazos, pero el polvo sí lo quito". Y un truco infalible para tener la ropa perfectamente ordenada en su armario: "Cuelgo alguna cosa con la ayuda del bastón".

En el centro y en los barrios del sur

La mayoría de los ancianos solitarios viven en la capital. El 78,3% residen en Madrid, sobre todo en los distritos de la almendra central y en los barrios del sur. El otro 21,7% viven en el resto de municipios. "Cuanto más grande es la población, más soledad hay. En los pueblos tienen cerca a sus familias y vecinos", según Salustiano del Campo.
Fuente: 20minutos.es